¿SABÍAS QUE LAS SELVAS ESTÁN EN PELIGRO?
Las selvas son paisajes con valores y beneficios que van mucho más allá de sus límites. Si seguimos dañándolas, podrían desaparecer.
Cada dos segundos se deforesta el equivalente a una cancha de fútbol, alterando la generación de lluvias, la regulación del clima y la producción de oxigeno.
Las selvas capturan gases de efecto invernadero y reducen la suba de la temperatura global.
Menor cantidad de árboles significa un aumento en la erosión del suelo, que al no tener protección frente a la lluvia corre el riesgo de degradarse llevándolo a la desertificación.
La deforestación junto con el cambio climático provoca el aumento de algunas enfermedades tropicales, tales como el dengue y la malaria.
No hay ganancias que puedan suplir los beneficios ecológicos que proporcionan las selvas. Incluso si se quisieran pagar los servicios que proveen, las economías de todo el mundo sumadas no alcanzarían a equiparar su valor.
La deforestación es el principal problema que amenaza a las selvas.
La tala indiscriminada destinada a generar espacios para la agricultura, ganadería o minería causa muchos más daños que beneficios económicos.
Las selvas son generadoras de lluvias y regulan el ciclo del agua.
A través de sus raíces, los árboles son capaces de extraer agua de zonas profundas del suelo y evaporarla desde las hojas. La humedad se condensa, formando nubes que se convierten en precipitaciones y se descargan en distintas partes del planeta.
Las copas de los árboles retienen el agua de lluvia y amortiguan su caída sobre el suelo evitando su erosión. La deforestación en zonas áridas o semiáridas puede llevar a la desertificación.
Las selvas son reguladoras del clima.
Capturan el dióxido de carbono y otros gases, reduciendo el efecto invernadero. Por esta razón la deforestación está contribuyendo al calentamiento global.
Con estos cambios en los patrones del clima, la productividad agrícola decae, el caudal de agua de ríos se ve alterado y aumentan los incendios forestales causados por la suba de las temperaturas y la baja de la humedad.
Esto también provoca un aumento de las enfermedades tropicales, como dengue, malaria y leishmaniasis, transmitidas por insectos cuyo hábitat natural es la selva, pero debido al cambio climático y a la deforestación se están extendiendo a otras zonas.
Las selvas albergan la mayor biodiversidad del planeta, su desaparición está provocando un aumento en la tasa de extinción de plantas, animales y microorganismos.
Con la desaparición de las selvas también perdemos alimentos, medicinas, servicios ambientales y por sobre todo gran parte de la producción del oxígeno del planeta