¿SABÍAS QUE LOS BOSQUES ESTÁN EN PELIGRO?
Los bosques cubren cerca del 31% de la superficie de la Tierra y contienen más de dos tercios de las especies del mundo.
Son paisajes con valores y beneficios que van mucho más allá de sus límites y belleza que si seguimos dañándolos, podrían desaparecer.
Cada dos segundos se deforesta el equivalente a una cancha de fútbol, lo que altera la generación de lluvias y la regulación del clima.
Menor cantidad de árboles significa un aumento en la erosión del suelo, que al no tener protección frente a la lluvia corre el riesgo de degradarse llegando a la desertificación.
Los bosques capturan gases de efecto invernadero disminuyendo el cambio climático. Son también grandes productores de oxígeno.
No hay ganancias que puedan suplir los beneficios ambientales que proporcionan los bosques. Incluso si se quisieran pagar los servicios que proveen, las economías de todo el mundo sumadas no alcanzarían a equiparar su valor.
La deforestación es el principal problema que amenaza a los bosques.
La tala indiscriminada para generar nuevos espacios para viviendas, agricultura, ganadería entre otros, causa muchos más daños que beneficios económicos.
Los bosques son generadores de lluvias y regulan el ciclo del agua.
A través de sus raíces, los árboles son capaces de extraer agua de zonas profundas del suelo y evaporarla desde las hojas. La humedad se condensa formando nubes que se convierten en precipitaciones en áreas inclusive muy lejanas.
Las copas de los árboles retienen el agua de lluvia y amortiguan su caída sobre el suelo evitando su erosión. La deforestación en áreas con condiciones climáticas desfavorables puede llevar a la desertificación.
Los cambios en los patrones del clima aumentan la posibilidad de los incendios forestales causados por la suba de las temperaturas y la baja de la humedad.
Los bosques son reguladores del clima y productores de gran parte del oxígeno del planeta. Capturan el dióxido de carbono reduciendo el efecto invernadero y el calentamiento global.
Una hectárea de bosque nativo genera entre 10 y 20 toneladas de oxígeno al año.
Estos ecosistemas son el hábitat de un gran número de plantas, animales y microorganismos. La tala indiscriminada de los bosques está provocando un aumento en la tasa de extinción de especies y la desaparición de otros servicios ambientales indispensables.
La tala indiscriminada para generar nuevos espacios para viviendas, agricultura, ganadería entre otros, causa muchos más daños que beneficios económicos.
Los bosques son generadores de lluvias y regulan el ciclo del agua.
A través de sus raíces, los árboles son capaces de extraer agua de zonas profundas del suelo y evaporarla desde las hojas. La humedad se condensa formando nubes que se convierten en precipitaciones en áreas inclusive muy lejanas.
Las copas de los árboles retienen el agua de lluvia y amortiguan su caída sobre el suelo evitando su erosión. La deforestación en áreas con condiciones climáticas desfavorables puede llevar a la desertificación.
Los cambios en los patrones del clima aumentan la posibilidad de los incendios forestales causados por la suba de las temperaturas y la baja de la humedad.
Los bosques son reguladores del clima y productores de gran parte del oxígeno del planeta. Capturan el dióxido de carbono reduciendo el efecto invernadero y el calentamiento global.
Una hectárea de bosque nativo genera entre 10 y 20 toneladas de oxígeno al año.
Estos ecosistemas son el hábitat de un gran número de plantas, animales y microorganismos. La tala indiscriminada de los bosques está provocando un aumento en la tasa de extinción de especies y la desaparición de otros servicios ambientales indispensables.
